2.      CONCEPTO DE ATMÓSFERA ESTELAR

 

Desde el punto de vista cualitativo la atmósfera de una estrella es una región de transición entre el interior estelar y el medio interestelar. En rigor, la radiación observada de una estrella proviene de capas ubicadas a diferentes distancias de su superficie. Podríamos entonces imaginar la atmósfera de una estrella como constituida por un conjunto de capas cuyas profundidades son lo suficientemente pequeñas como para que la radiación emitida por dichas capas no alcance a ser completamente absorbida.

 

Observaciones realizadas en el Sol han develado que su atmósfera incluye una serie de capas con diferentes propiedades físicas. La parte más baja y más densa de la atmósfera solar se denomina fotosfera. El espectro continuo solar proviene esencialmente de esta capa. Las líneas espectrales de absorción observadas en el espectro solar se forman en una región ubicada por encima de la fotosfera. Antiguamente esta región se denominaba capa inversora aunque hoy en día se ha abandonado esta denominación. Por encima de la fotosfera solar se encuentra la cromosfera, cuyo espesor es de aproximadamente 10.000-15.000 km. Más allá de la cromosfera se encuentra la corona solar, cuya extensión es de varios radios solares. Estas dos capas prácticamente no contribuyen al espectro continuo solar en la región visible. Sólo tienen importancia en el lejano ultravioleta y en las ondas de radio.

 

En principio, todas las estrellas poseen fotosferas aunque con características físicas bastante diferentes. Por el contrario, es relativamente exiguo nuestro conocimiento acerca de la existencia de cromosferas o coronas en otras estrellas distintas a nuestro Sol. La mayor parte del espectro estelar visible (3000 a 6500 Å) se forma en la fotósfera y ésta es la zona que estudiaremos. En lo que sigue utilizaremos en forma indistinta los términos atmósfera y fotosfera estelar.

 

Al iniciar el estudio de las atmósferas estelares lo haremos suponiendo ciertas hipótesis básicas. En primer lugar, sólo consideraremos atmósferas estelares cuyos espesores sean muy pequeños en relación a los radios de las estrellas. En consecuencia, las estrellas con atmósferas extendidas quedarán fuera de nuestro alcance en ésta primera aproximación. Nos preocuparemos además por estudiar objetos cuya luminosidad no varíe con el tiempo, eliminando entonces todas las estrellas variables de cualquier tipo. Conviene aclarar que al hablar de luminosidad constante, no exigimos que esta condición se cumpla rigurosamente en toda la atmósfera. Basta con que esta condición sea válida al hacer un promedio sobre un cierto tiempo. La atmósfera solar puede considerarse invariable en el tiempo, no obstante presentar manchas, protuberancias y otras irregularidades. Lo que interesa es que, en conjunto, las capas fotosféricas del Sol permanecen invariables en el tiempo. Hacemos notar que las condiciones impuestas al iniciar nuestro estudio eliminan un número pequeño respecto del total de estrellas.